lunes, 11 de enero de 2016

LUISA ROLDÁN, La Roldana.

 
                                              Primeros pasos de Jesús
                                               (Museo de Guadalajara)

Escultora de Cámara real
Sevilla 1652/ Madrid 10-1-1706

   Luisa Ignacia Roldán Villavicencio. Fue una de las principales figuras de la escultura religiosa del Barroco de finales del siglo XVII y principios del XVIII, unica mujer a la que se dió el título de escultora de la Cámara del rey, conocida con el sobrenombre de "La Roldana".

   Nacida en Sevilla, fue bautizada el 8 de septiembre de 1652, falleció en Madrid, el 10 de enero de 1706. Fue la quinta hija de los doce que tuvieron el matrimonio formado por Pedro Roldán y Teresa de Jesús Villavicencio, cuatro de los hijos fallecieron. Su padre dirigía uno de los talleres de imaginería más importantes de la ciudad hispalense, al que no dejaban de llegar encargos para la catedral.

   Desde niña, Luisa aprendió a dibujar y moldear pequeñas figuras de terracota, sus dos hermanas Manuela y Francisca coloreaban las figuras en el taller familiar. Tenía dieciocho años y se había convertido en una experta manejando la gubia y el cincel, también se había enamorado de un aprendiz llamado Luis Antonio Navarro de los Arcos, su padre se opuso a la relación, a pesar de habérselo pedido el novio. Tal vez no le faltaban motivos para negarse, aunque no llegó a exponerlos.

   Luisa y Luis Antonio se prometieron en matrimonio, aún sin el consentimiento paterno. Así se lo hizo saber al procurador de tribunales y este, en nombre de Luis Antonio, hizo la petición ante el Juez de la iglesia, de querer contraer matrimonio con Luisa Ignacia Roldán «con la que había tratado de requiebro de dos años a esta parte, dándose palabra de casamiento el uno al otro» y deseando que su matrimonio fuera «según orden de nuestra Santa Iglesia», solicitaba que un alguacil del arzobispado fuera en busca de Luisa y llevada ante el juez para que declarara si había dado palabra de casamiento. Varios testigos afirmaron estar presentes cuando se dieron ambos la palabra de casamiento en la noche del 15 de diciembre.

   Ese mismo día, fue el alguacil Juan Nieto a buscar a Luisa Roldán para llevarla ante el juez, después de su declaración, en la que entre otras cosas dijo que nunca había estado casada, que era «moza doncella», que no era pariente de Luis Antonio, que no tenía voto de castidad y que a pesar de haber dado palabra de casamiento a Luis Antonio, no lo podía cumplir por la negativa de su padre a este matrimonio. Realizada esta declaración, el juez mandó que se llevara a la joven a casa del dorador Lorenzo de Ávila, para «tenerla en su poder con la guarda y custodia necesaria y que no la entregara a persona alguna sin licencia y mandamiento judicial». El 17 de diciembre de 1671 y delante de notario se produce una declaración similar por parte de Luis Antonio de los Arcos. Este suceso, fue conocido como "el rapto de La Roldana por el aprendiz Luis Antonio de los Arcos". A la boda no fue el padre de la novia.


   Después del casamiento, se fueron a vivir a una casa propiedad de la familia de él. Luisa continuó trabajando, aunque por razón de la época, los contratos eran firmados por su marido. Su escultura fue de temática religiosa, trató de humanizar el arte en las imágenes. Realizó tallas de tamaño natural para procesionar, en madera o de barro cocido con policromía, muchas de ellas eran de las llamadas «de candelero» o para vestir, así como también otras de pequeños grupos de devoción para particulares y conventos, con gran movimiento y expresividad, plenas características del arte barroco. Ejecutó numerosos belenes en terracota de estilo italiano, formando una escena como grupo escultórico unido.

   En 1686 se trasladan a Cádiz para realizar diversos trabajos encargados por el cabildo municipal y catedralicio, entre ellos los santos Patronos san Servando y san Germán, en la peana de uno de ellos, se encontró un documento donde se lee: "Diseñado por Pedro Roldán, hecho por Luisa Roldán y estofado (dorado) por Luis Antonio de los Arcos".

   A principios de 1689 el matrimonio junto con dos hijos (los otros cuatro habían fallecido) se trasladan a Madrid en busca del reconocimiento oficial y una mejor situación económica. El 28 de febrero de ese año nace su séptima hija, Maria Bernarda, bautizada en la parroquia San Bernardo. De estos primeros tiempos en Madrid es la obra "El descanso en la huída a Egipto" (hacia1691) con temas iconográficos tomados de un dibujo de Miguel Ángel y de una obra del Veronés. Esta obra de Luisa es nombrada como «La Sagrada Familia de la colección Güell»

   Con la realización de estos pequeños grupos escultóricos, la familia consiguió ir viviendo, mientras esperaba que el rey Carlos II la nombrase escultora de cámara. El nombramiento llegó el 15 de octubre de 1692, lo que representó su prestigio oficial y un salario anual de 100 ducados anuales, pero el pago no llegaba y tampoco los trabajos a particulares conseguía cobrarlos. La situación general del reino era precaria. Comenzó a enviar peticiones al rey, en el año 1693 le solicitaba la concesión de unas habitaciones en las casas del Tesoro, donde vivían una gran parte de los artistas de cámara del rey – "ya que no tenía dónde vivir con sus hijos".

   En 1697 pasó a dirigir las cartas a la reina Mariana de Neoburgo, pidiéndole "que le diera vestuario o una ayuda de costa, por estarlo pasando con estrecheces, pues muchos días falta para el sustento diario". Luisa, tras el nombramiento, comenzó a firmar sus trabajos como "Escultora de Cámara". Luis Antonio, su marido, confirmó las sospechas del padre, no pasaba de ser un escultor mediocre, pendenciero, borracho y derrochador, que cuando solicitó al rey el puesto de "ayudante del furriel" para paliar la miseria de la familia. Se le contestó: "no hay ninguna plaza vacante".


   En 1692, Luisa recibe el encargo de Carlos II para realizar la obra "Arcángel San Miguel con el diablo a sus pies", que formaría parte del conjunto escultórico del Monasterio de San Lorenzo del Escorial, donde hoy se puede contemplar. La escultura, que es de madera policromada y algo mayor que el natural, muestra al Arcángel venciendo al demonio al que tiene bajo sus pies, todo ello con gran movimiento y dramatismo. La genial escultora decidió poner las cosas en su sitio y ponerles cara a los protagonistas de su obra: representó a San Miguel con su propia cara y le puso el rostro de su marido al diablo.

   Hubiese podido volver a Sevilla y le hubiese bastado solicitar trabajo a su padre, para no pasar calamidades pero, su carácter se lo impedía. Entre 1702 y 1705, realizó para el duque del Infantado, unas 149 figuras destinadas a un "Nacimiento" del Convento del Rosal, de Priego (Cuenca), hoy están desaparecidas. A pesar de su fama, Luisa nunca disfrutó de fortuna económica.

     El 5 de enero de 1706, estando gravemente enferma, el escribano da cuenta de la petición de Luisa: una declaración de pobreza en la que solicita ser enterrada por caridad en la Iglesia de san Andrés de donde es parroquiana, siendo su última voluntad que "si hubiese algún bien para heredar se lo den a sus hijos Francisco y María Bernarda, así como a su esposo Luis Antonio de los Arcos". No tiene fuerzas ni para firmar. Cinco días después fallece La Roldana, la única mujer escultora reconocida en tan temprana época, lo que no evitó la inanición.

    El mismo día 10 de enero de 1706, la Accademia di San Luca di Roma, la nombraba Accademica de Mérito a "Donna Aloisa de los Arcos (en el extranjero , a una mujer casada se la nombra por el apellido del marido), da Madrid, castigliana... por "Madonna di relievo di cretacotta fatta de sua mano coloritta". Nunca antes, ni después, se concedió ese título a una mujer española.
   Triste, que hoy como ayer, los títulos no den para comer, ni siquiera para una vida y muerte digna.

 (R.J.M./10.1.2016)



4 comentarios:

  1. Otra mujer ignorada por la historia..no sabía nada de ella.Estoy mirando sus esculturas,y son una maravilla..me gusta mucho,el,arte religioso.
    Gracias Rosa,eres magnífica.

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  2. ¡Gracias a ti, Carmen! Me alegra que te gusten las obras de esta mujer, se sea religioso o no, es puro arte.
    Besos y abrazos.

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  3. Maravillosa entrada! La comparto. Gracias Rosa. Un fuerte abrazo.

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    1. Me alegra que te guste, fue una gran artista que pese a su fama no saboreó el éxito económico.
      Besos y abrazos.

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