(Todos los días deberían ser el de la No Violencia)
25.11.15
No he visto tus ojos, por el sonido adiviné
que tus pasos se modulaban a su compás,
él iba fatalmente a tu encuentro
y agazapaste los pliegues de tu rostro
para asumir, una ciega confianza en el porvenir.
Es fácil decir, sólo tienes que dar un paso.
Cuando sientes las yemas de sus dedos
y rehusas su jadeante apremio.
Cuando sientes las yemas de sus dedos
y rehusas su jadeante apremio.
Entonces, dejas que todo se llene
de un miedo innumerable, en torno tuyo.
Ha pasado el tiempo oscuro y renaces.
Si su madre no se hubiese tomado la molestia
de hacerle conocer la luz,
el buitre, tal vez ...
Aún podrías mirar sin desconfianza
la ajada foto con el ramo de gardenias
y aquel vals que tropezó en tu tobillo
cubriéndote de aretes, se soltaría.
Es tiempo de partir y fondear en un lugar
donde no se escuchen amargas sirenas,
un trozo de tierra que te permita alterar
el odio en la albahaca, en duraznos
y música de castañuelas.
M. Rosa Jaén Publicado en "ALJIBES"
(Antología poética 2002)
Agrupación Hispana de Escritores, Madrid.