sábado, 29 de agosto de 2015

MARÍA GOYRI. Primera Licenciada y Doctora española en Filosofía y Letras.

   


     María Amalia Goyri. Investigadora, filóloga, profesora, pedagoga y feminista. Nacida en Madrid el 29 de agosto de 1874, hija de Amalia Goyri, madre soltera, mujer de gran cultura y librepensadora. Vivieron en Algorta (Bilbao) cuando María tenía cinco años se instalaron en Madrid. Amalia educó a su hija sin tener en cuenta las convenciones de la época, fue su maestra estableciendo para ella un programa de estudios con horario fijo. Llevó a su hija a un gimnasio en una época en que la actividad física parecía estar vetada a las mujeres. Lo cierto es que le venía bien para combatir la artritis de origen tuberculoso que padecía. A los 12 años ingresó en la Escuela de Comercio de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer. La madre de María eligió la Escuela de Comercio y no de Letras, porque había descubierto en su hija una gran facilidad para la aritmética. También estudiaba inglés y francés.

   A los 16 años empezó a estudiar en la Facultad de Filosofía y Letras (curso 1891–1892) como oyente, sin matricularse, tuvo que pedir autorización al Ministerio de Fomento para abrir una matrícula femenina. Se le concedió para el curso siguiente, pero con la condición de no permanecer en los pasillos, debía entrar en el aula junto al catedrático, y no sentarse en clase junto a sus compañeros, sino en una silla al lado del profesor.

   «Cuando María Goyri apareció en la puerta de la universidad para dar su primera clase, un bedel estaba esperándola. Le condujo, ante la sorpresa de los estudiantes, hasta la sala de profesores. Allí el decano de Filosofía y Letras se acercó ceremoniosamente a la muchacha. 'Señorita, quedará usted aquí hasta la hora de clase. Yo vendré a recogerla'. Cerró con llave y se fue a sus ocupaciones. Cuando sonó la campana el profesor regresó, abrió el encierro y, ofreciéndole el brazo, le hizo caminar lentamente entre dos filas de estudiantes que, entre asombrados e irónicos, veían la irrupción de la igualdad de los sexos instalada en su universidad». ( Maria Teresa Leon Goyri )

   María Goyri fue la primera mujer que obtuvo la licenciatura de Filosofía y Letras, en 1896, y el Grado de Doctor en 1909, con una tesis sobre el Libro del Conde Lucanor. "La difunta pleiteada". Es decir, antes de que las normas permitiesen a las mujeres acceder como alumnas a la universidad, cosa que ocurrió en 1910. María era también el fruto del esfuerzo de defensores de la emancipación femenina y la igualdad de los sexos, como Fernando de Castro, gran amigo de Concepción Arenal y creador de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer.

   María conoció a Ramón Menéndez Pidal, (La Coruña 13-3-1869) en una conferencia que dio don Marcelino Menéndez Pelayo en la Escuela de Estudios Superiores del Ateneo. Inclinada al estudio de la literatura española y en especial la primitiva, María se convirtió en alumna de Ramón, luego en su colaboradora y finalmente en su mujer, contrayendo matrimonio en la Iglesia de San Sebastián el 5 de mayo de 1900. Su luna de miel fue célebre porque la hicieron siguiendo la ruta del Cid.



   Su viaje por los pueblos de la ruta del Cid, les permitió ir recogiendo versiones de romances hispánicos de tradición oral. En el «Archivo del Romancero Menéndez Pidal-Goyri» se conserva el relato de algunos de sus hallazgos en ese viaje: cuando pararon en Burgo de Osma se alojaron en una pensión, en la mañana, estando María Goyri y una empleada haciendo la cama, empezó a canturrear el romance de «El Conde Sol», la empleada le dijo que ella también sabía algunos. Entre los romances que le cantó había uno que desconocía: el «Romance de la muerte del Príncipe don Juan».

   En enero de 1901 nace su primera hija, a quien le pusieron por nombre Jimena, en honor a la esposa de Don Rodrigo, el héroe medieval. Digna hija de María y nieta de Amalia, Jimena habría de ser la tercera mujer excepcional en la renovación pedagógica del siglo XX español. Posteriormente nació Ramón, que falleció en la niñez, y más tarde Gonzalo.

   María Goyri dedicó toda su vida a la investigación de todo lo relacionado con la Filología y la Historia, y junto a Ramón Menéndez Pidal, hizo inventario de las diferentes versiones de transmisión oral del Archivo del Romancero, que hoy se custodian en la Fundación Ramón Menéndez Pidal.

   Además de las investigaciones sobre el Romancero, el Conde Lucanor y Lope de Vega, su única aventura sentimental -decía ella- con algunos siglos de retraso, María Goyri trabajó hasta la Guerra en el Instituto-Escuela de la Institución Libre de Enseñanza, creado en 1918, junto a María de Maeztu, redactando los programas de enseñanza del español para niñas y niños de ocho a diez años.

   En 1915, María de Maeztu obtuvo el título de Licenciada en la Facultad de Filosofía y Letras, ese mismo año bajo su dirección y con la participación de mujeres notables como María, Pilar Zubiarre, Concha Méndez y Ernestina de Champourcin, entre otras, funda la Residencia de Señoritas que había surgido de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas inspirada en la Residencia de Estudiantes masculina y que jugó un papel de capital importancia en la formación de intelectuales como Victoria Kent, o Zenobia de Camprubí, quienes más tarde hablarían en sus obras autobiográficas de la importancia de este centro en su formación. María Goyri impartió allí sus clases y escritoras hispanoamericanas como Gabriela Mistral y Victoria Ocampo pronunciaron conferencias, además de otras notables intelectuales y científicas extranjeras como la italiana María Montessori y la francesa Marie Curie.

   Hay un momento clave en el que, Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazan, y María cruzan sus caminos vitales, tan distintos y tan complementarios. Lo recuerda en su bosquejo biográfico Antonina Rodrigo. Fue en 1892, en el Ateneo de Madrid, donde tenía lugar el Congreso Pedagógico Hispano-Portugués-Americano. Salió a debate la ponencia de Concepción Arenal sobre la educación de la mujer y los dos aspectos que reclamaba: la formación intelectual y la educación física. Carmen Rojo, directora de la Escuela Normal de Maestras, se opuso a la reivindicación gimnástica, un hecho que hoy puede parecer trivial pero tiene mucho sentido si pensamos en todos los tabúes y simbolismos que el cuerpo de la mujer encerraba para la época. El debate fue enconado y saltó a la palestra una joven que defendió con vehemencia las tesis de Concepción Arenal. Fue tan apabullante la defensa que hizo desde su propia experiencia vital, que Doña Emilia Pardo Bazán se fue hacia la muchacha y le propinó un abrazo. Fue en ese momento cuando se consagró María Goyri ante el reducido gran mundo de las intelectuales españolas, cuya dedicación a la enseñanza ha sido la clave de su éxito final.


   El 23 de octubre de 1933 es nombrada vocal del Patronato en la Junta para Ampliación de Estudios. Mantuvo siempre su querencia higienista, combinando el juego y el ejercicio físico con el intelectual, siempre severa y exigente con el alumnado y sobre todo, con el maestro. Igual que ella fue alumna de su madre, Jimena lo fue suya y luego maestra de maestras, del Instituto-Escuela al Colegio Estudio. No dejó tampoco de cultivar el periodismo didáctico,  ahí están sus Crónicas Femeninas, en la Revista Popular.



   La Guerra Civil sorprendió al matrimonio María Goyri y Ramón Menéndez Pidal, en su casa de campo de San Rafael (Segovia), junto a su hija Jimena, su yerno, Miguel Catalán Sañudo, y su nieto, Diego Catalán, una zona controlada por los militares que se habían alzado contra la República. Los bombardeos de las avionetas les obligaron a huir hasta El Espinar y, más tarde, a Segovia. Desde Burgos, donde estaba la Junta de Defensa Nacional al mando de Franco, pidieron el 2 de julio de 1937 a las autoridades de Segovia «un informe amplio y ecuánime de las actividades así como la ideología política de los miembros de la familia Menéndez Pidal-Catalán. «Interesa también sean vigilados de un modo discreto, así como las amistades que operan alrededor de esta familia. En caso de que convenga le sea intervenida la correspondencia».

   En el informe que se remitió a Burgos dicen de Ramón Menéndez Pidal: «Presidente de la Academia de la Lengua. Persona de gran cultura, esencialmente bueno, débil de carácter, totalmente dominado por su mujer. Al servicio del Gobierno de Valencia como propagandista en Cuba»; y de María Goyri: «Persona de gran talento, de gran cultura, de una energía extraordinaria, que ha pervertido a su marido y a sus hijos; muy persuasiva y de las personas más peligrosas de España. Es sin duda una de las raíces más robustas de la revolución». En suma, una mujer peligrosa.

   Al acabar la guerra, el Instituto Escuela y todas los centros docentes auspiciados por la Junta para Ampliación de Estudios de ideas liberales y educación mixta fueron prohibidos, a los maestros se les prohibió ejercer su magisterio. Después de la guerra no se le permitió seguir en la docencia, y todo lo que había conseguido fomentar para la formación de chicos y chicas fue demolido. Las enseñanzas liberales y la educación mixta, prohibidas, los maestros de estas escuelas, depurados y apartados de la docencia.

   María Goyri aún pudo trabajar en el campo de la investigación del romancero medieval, pero su nombre quedó a medio olvidar. Tras las depuraciones de posguerra, fueron rehaciendo sus vidas y su obra. Jimena tomó el relevo educativo, mientras María se consagraba al archivo familiar y la investigación filológica. Apartada de la docencia, se dedicó hasta el final de su vida a investigar, recopilar y sistematizar las diferentes versiones de romances de la tradición oral para el Archivo del Romancero, y escribió artículos como «Aplicación del modelo romancero de análisis a la balada vasca: bereterretxen khantoria», entre otros, y sobre sus libros de Lope de Vega y el Romancero tradicional de las lenguas hispánicas.

   Su correspondencia con los investigadores e hispanistas de todo el mundo, en los que se dan cuenta pormenorizada y generosa de los hallazgos, sus notas, escritos y artículos inéditos, son una fuente imprescindible para los estudiosos del Romancero. Se custodian en la Fundación Menéndez Pidal, en el Olivar de Chamartín, donde vivió y trabajó desde 1917 hasta su muerte, el 28 de noviembre de 1954. Su esposo, Ramón Menéndel Pidal, le sobrevivió hasta casi cumplir los 100 años.

    A pesar del silencio con el que la historia ha intentado rodearla sigue presente como la gran investigadora, profesora, filóloga, pedagoga y feminista que fue. Además de su hija Jimena, otra gran mujer de su familia destacaría años después, su sobrina María Teresa León Goyri, escritora, que en sus años jóvenes publica artículos en el "Diario de Burgos" bajo el seudónimo de la heroína de D'annunzio, Isabel Inghirami, y posteriormente con su propio nombre. Cuando se convirtió en la compañera de Rafael Alberti, ya destacaba por su defensa de la mujer y  la cultura.

(R.J.M./29.8.15)




2 comentarios:

  1. Una vida fascinante y poco conocida. Besos.

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    1. ¡Gracias, Julie! Fueron muchas las mujeres de altos vuelos, que quedaron ensombrecidas por los nombres masculinos. Incluso hoy, hay algunos que se empeñan en negar la existencia de mujeres ilustradas como María Goyri.
      Un abrazo.

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