sábado, 5 de diciembre de 2015

Letralia nº 160 Año XI (19.3.2007) Venezuela

Mujeres en el umbral de la historia
 María Rosa Jaén
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Ensayo
Asociación de Escritores y Artistas Españoles
España, 2005
ISBN: 84-87857-37-X
240 páginas
    Publicado por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles en su colección “La Fuente Sepultada” y con prólogo de Luis Alberto de Cuenca, el libro de ensayo Mujeres en el umbral de la historia se inicia con “Epístolas a las mujeres españolas de los siglos X al XVI”, dirigidas a árabes, judías y cristianas que vivieron en la Península Ibérica.
  En estas particulares cartas, María Rosa Jaén (Madrid, 1950) pretende recuperar los nombres de mujeres, desconocidas la mayoría de ellas, y de quienes muestra los trabajos sociales, laborales y literarios de la época. Incluye diversa documentación y fragmentos o textos relacionados con su quehacer acompañado de breves comentarios de la autora, que adopta la costumbre de expresar con flores el carácter de las destinatarias.



En “Mujeres hispano árabes” dice la autora: “Aunque la lírica es el género que mejor se ha adaptado a la idiosincrasia femenina, el florecimiento de la cultura hispano-musulmana favoreció también el acceso al mundo científico. Sabemos que entre ellas hubo quienes practicaron la medicina en la Córdoba del siglo IX y en el padrón elaborado en Cuenca, en 1453, figura una física mora, aunque desconocemos su nombre, no así el de la astrónoma Fátima al-Magerit”.

En “A las trabajadoras medievales hispano-judías y moriscas” podemos conocer la forma de vida de las mujeres del pueblo llano, sus oficios: regatonas, panaderas, pastoras, sirvientas, hilanderas, juglaresas, rameras. Las distintas condiciones sociales de solteras, casadas, viudas y malcasadas. La acreditación profesional en medicina y cirugía de las mujeres judías.
En la última sección se ofrecen particularidades de “Algunas mujeres históricas”, como doña Juana de Mendoza y su peculiar matrimonio, de doña Isabel I de Castilla y León, sus hijas. Destacadas mujeres de la familia Borja (Borgia). Entre las “Primeras voces literarias” figuran los nombres de Florencia Pinar, María Sarmiento o Teresa de Cartagena, la primera escritora que defendió su derecho a usar la pluma. La importancia de los testamentos en la literatura de doña Leonor López de Córdoba y doña Beatriz Galindo, más conocida como La Latina.

La autora, María Rosa Jaén, empezó a escribir cuentos a los doce años. Estudió secretaría administrativa, tomó diversos cursos y ejerce como profesora de teatro infantil en varios colegios. Entre 1983 y 1985 colaboró con la revista República de las Letras, de la Asociación Colegial de Escritores. Ha estado vinculada a diversos grupos y tertulias poéticas, como la Agrupación Hispana de Escritores, la AETIJ,  OEPLI,  la Asociación Prometeo de Poesía y otras. Participó en las I y III Bienales internacionales de Poesía (1987 y 1992) y en el I Encuentro de la Academia Iberoamericana de Poesía (Puerto Rico, 1991) tiene publicados varios libros de poesía y teatro infantil, así como artículos, narraciones y ensayos. Ha dado recitales poéticos y conferencias sobre mujeres españolas de distintos siglos en el Ateneo de Madrid, asociaciones de escritores, bibliotecas públicas, centros culturales y en las facultades de Derecho y Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Figura en el Diccionario de Escritores  en Lengua Castellana (Cedro, 2004) y en el de la Cátedra Miguel Delibes.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

ESPERANZA FEMENINA


 (Todos los días deberían ser el de la No Violencia)
25.11.15

No he visto tus ojos, por el sonido adiviné
que tus pasos se modulaban a su compás,
él iba fatalmente a tu encuentro
y agazapaste los pliegues de tu rostro
para asumir, una ciega confianza en el porvenir.

Es fácil decir, sólo tienes que dar un paso.
Cuando sientes las yemas de sus dedos
y rehusas su jadeante apremio.
Entonces, dejas que todo se llene
de un miedo innumerable, en torno tuyo.

Ha pasado el tiempo oscuro y renaces.
Si su madre no se hubiese tomado la molestia
de hacerle conocer la luz, 
el buitre, tal vez ...

Aún podrías mirar sin desconfianza 
la ajada foto con el ramo de gardenias

y aquel vals que tropezó en tu tobillo
cubriéndote de aretes, se soltaría.
Es tiempo de partir y fondear en un lugar
donde no se escuchen amargas sirenas,
un trozo de tierra que te permita alterar
el odio en la albahaca, en duraznos
y música de castañuelas.


M. Rosa Jaén Publicado en "ALJIBES"
(Antología poética 2002)
Agrupación Hispana de Escritores, Madrid.

sábado, 29 de agosto de 2015

MARÍA GOYRI. Primera Licenciada y Doctora española en Filosofía y Letras.

   


     María Amalia Goyri. Investigadora, filóloga, profesora, pedagoga y feminista. Nacida en Madrid el 29 de agosto de 1874, hija de Amalia Goyri, madre soltera, mujer de gran cultura y librepensadora. Vivieron en Algorta (Bilbao) cuando María tenía cinco años se instalaron en Madrid. Amalia educó a su hija sin tener en cuenta las convenciones de la época, fue su maestra estableciendo para ella un programa de estudios con horario fijo. Llevó a su hija a un gimnasio en una época en que la actividad física parecía estar vetada a las mujeres. Lo cierto es que le venía bien para combatir la artritis de origen tuberculoso que padecía. A los 12 años ingresó en la Escuela de Comercio de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer. La madre de María eligió la Escuela de Comercio y no de Letras, porque había descubierto en su hija una gran facilidad para la aritmética. También estudiaba inglés y francés.

   A los 16 años empezó a estudiar en la Facultad de Filosofía y Letras (curso 1891–1892) como oyente, sin matricularse, tuvo que pedir autorización al Ministerio de Fomento para abrir una matrícula femenina. Se le concedió para el curso siguiente, pero con la condición de no permanecer en los pasillos, debía entrar en el aula junto al catedrático, y no sentarse en clase junto a sus compañeros, sino en una silla al lado del profesor.

   «Cuando María Goyri apareció en la puerta de la universidad para dar su primera clase, un bedel estaba esperándola. Le condujo, ante la sorpresa de los estudiantes, hasta la sala de profesores. Allí el decano de Filosofía y Letras se acercó ceremoniosamente a la muchacha. 'Señorita, quedará usted aquí hasta la hora de clase. Yo vendré a recogerla'. Cerró con llave y se fue a sus ocupaciones. Cuando sonó la campana el profesor regresó, abrió el encierro y, ofreciéndole el brazo, le hizo caminar lentamente entre dos filas de estudiantes que, entre asombrados e irónicos, veían la irrupción de la igualdad de los sexos instalada en su universidad». ( Maria Teresa Leon Goyri )

   María Goyri fue la primera mujer que obtuvo la licenciatura de Filosofía y Letras, en 1896, y el Grado de Doctor en 1909, con una tesis sobre el Libro del Conde Lucanor. "La difunta pleiteada". Es decir, antes de que las normas permitiesen a las mujeres acceder como alumnas a la universidad, cosa que ocurrió en 1910. María era también el fruto del esfuerzo de defensores de la emancipación femenina y la igualdad de los sexos, como Fernando de Castro, gran amigo de Concepción Arenal y creador de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer.

   María conoció a Ramón Menéndez Pidal, (La Coruña 13-3-1869) en una conferencia que dio don Marcelino Menéndez Pelayo en la Escuela de Estudios Superiores del Ateneo. Inclinada al estudio de la literatura española y en especial la primitiva, María se convirtió en alumna de Ramón, luego en su colaboradora y finalmente en su mujer, contrayendo matrimonio en la Iglesia de San Sebastián el 5 de mayo de 1900. Su luna de miel fue célebre porque la hicieron siguiendo la ruta del Cid.



   Su viaje por los pueblos de la ruta del Cid, les permitió ir recogiendo versiones de romances hispánicos de tradición oral. En el «Archivo del Romancero Menéndez Pidal-Goyri» se conserva el relato de algunos de sus hallazgos en ese viaje: cuando pararon en Burgo de Osma se alojaron en una pensión, en la mañana, estando María Goyri y una empleada haciendo la cama, empezó a canturrear el romance de «El Conde Sol», la empleada le dijo que ella también sabía algunos. Entre los romances que le cantó había uno que desconocía: el «Romance de la muerte del Príncipe don Juan».

   En enero de 1901 nace su primera hija, a quien le pusieron por nombre Jimena, en honor a la esposa de Don Rodrigo, el héroe medieval. Digna hija de María y nieta de Amalia, Jimena habría de ser la tercera mujer excepcional en la renovación pedagógica del siglo XX español. Posteriormente nació Ramón, que falleció en la niñez, y más tarde Gonzalo.

   María Goyri dedicó toda su vida a la investigación de todo lo relacionado con la Filología y la Historia, y junto a Ramón Menéndez Pidal, hizo inventario de las diferentes versiones de transmisión oral del Archivo del Romancero, que hoy se custodian en la Fundación Ramón Menéndez Pidal.

   Además de las investigaciones sobre el Romancero, el Conde Lucanor y Lope de Vega, su única aventura sentimental -decía ella- con algunos siglos de retraso, María Goyri trabajó hasta la Guerra en el Instituto-Escuela de la Institución Libre de Enseñanza, creado en 1918, junto a María de Maeztu, redactando los programas de enseñanza del español para niñas y niños de ocho a diez años.

   En 1915, María de Maeztu obtuvo el título de Licenciada en la Facultad de Filosofía y Letras, ese mismo año bajo su dirección y con la participación de mujeres notables como María, Pilar Zubiarre, Concha Méndez y Ernestina de Champourcin, entre otras, funda la Residencia de Señoritas que había surgido de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas inspirada en la Residencia de Estudiantes masculina y que jugó un papel de capital importancia en la formación de intelectuales como Victoria Kent, o Zenobia de Camprubí, quienes más tarde hablarían en sus obras autobiográficas de la importancia de este centro en su formación. María Goyri impartió allí sus clases y escritoras hispanoamericanas como Gabriela Mistral y Victoria Ocampo pronunciaron conferencias, además de otras notables intelectuales y científicas extranjeras como la italiana María Montessori y la francesa Marie Curie.

   Hay un momento clave en el que, Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazan, y María cruzan sus caminos vitales, tan distintos y tan complementarios. Lo recuerda en su bosquejo biográfico Antonina Rodrigo. Fue en 1892, en el Ateneo de Madrid, donde tenía lugar el Congreso Pedagógico Hispano-Portugués-Americano. Salió a debate la ponencia de Concepción Arenal sobre la educación de la mujer y los dos aspectos que reclamaba: la formación intelectual y la educación física. Carmen Rojo, directora de la Escuela Normal de Maestras, se opuso a la reivindicación gimnástica, un hecho que hoy puede parecer trivial pero tiene mucho sentido si pensamos en todos los tabúes y simbolismos que el cuerpo de la mujer encerraba para la época. El debate fue enconado y saltó a la palestra una joven que defendió con vehemencia las tesis de Concepción Arenal. Fue tan apabullante la defensa que hizo desde su propia experiencia vital, que Doña Emilia Pardo Bazán se fue hacia la muchacha y le propinó un abrazo. Fue en ese momento cuando se consagró María Goyri ante el reducido gran mundo de las intelectuales españolas, cuya dedicación a la enseñanza ha sido la clave de su éxito final.


   El 23 de octubre de 1933 es nombrada vocal del Patronato en la Junta para Ampliación de Estudios. Mantuvo siempre su querencia higienista, combinando el juego y el ejercicio físico con el intelectual, siempre severa y exigente con el alumnado y sobre todo, con el maestro. Igual que ella fue alumna de su madre, Jimena lo fue suya y luego maestra de maestras, del Instituto-Escuela al Colegio Estudio. No dejó tampoco de cultivar el periodismo didáctico,  ahí están sus Crónicas Femeninas, en la Revista Popular.



   La Guerra Civil sorprendió al matrimonio María Goyri y Ramón Menéndez Pidal, en su casa de campo de San Rafael (Segovia), junto a su hija Jimena, su yerno, Miguel Catalán Sañudo, y su nieto, Diego Catalán, una zona controlada por los militares que se habían alzado contra la República. Los bombardeos de las avionetas les obligaron a huir hasta El Espinar y, más tarde, a Segovia. Desde Burgos, donde estaba la Junta de Defensa Nacional al mando de Franco, pidieron el 2 de julio de 1937 a las autoridades de Segovia «un informe amplio y ecuánime de las actividades así como la ideología política de los miembros de la familia Menéndez Pidal-Catalán. «Interesa también sean vigilados de un modo discreto, así como las amistades que operan alrededor de esta familia. En caso de que convenga le sea intervenida la correspondencia».

   En el informe que se remitió a Burgos dicen de Ramón Menéndez Pidal: «Presidente de la Academia de la Lengua. Persona de gran cultura, esencialmente bueno, débil de carácter, totalmente dominado por su mujer. Al servicio del Gobierno de Valencia como propagandista en Cuba»; y de María Goyri: «Persona de gran talento, de gran cultura, de una energía extraordinaria, que ha pervertido a su marido y a sus hijos; muy persuasiva y de las personas más peligrosas de España. Es sin duda una de las raíces más robustas de la revolución». En suma, una mujer peligrosa.

   Al acabar la guerra, el Instituto Escuela y todas los centros docentes auspiciados por la Junta para Ampliación de Estudios de ideas liberales y educación mixta fueron prohibidos, a los maestros se les prohibió ejercer su magisterio. Después de la guerra no se le permitió seguir en la docencia, y todo lo que había conseguido fomentar para la formación de chicos y chicas fue demolido. Las enseñanzas liberales y la educación mixta, prohibidas, los maestros de estas escuelas, depurados y apartados de la docencia.

   María Goyri aún pudo trabajar en el campo de la investigación del romancero medieval, pero su nombre quedó a medio olvidar. Tras las depuraciones de posguerra, fueron rehaciendo sus vidas y su obra. Jimena tomó el relevo educativo, mientras María se consagraba al archivo familiar y la investigación filológica. Apartada de la docencia, se dedicó hasta el final de su vida a investigar, recopilar y sistematizar las diferentes versiones de romances de la tradición oral para el Archivo del Romancero, y escribió artículos como «Aplicación del modelo romancero de análisis a la balada vasca: bereterretxen khantoria», entre otros, y sobre sus libros de Lope de Vega y el Romancero tradicional de las lenguas hispánicas.

   Su correspondencia con los investigadores e hispanistas de todo el mundo, en los que se dan cuenta pormenorizada y generosa de los hallazgos, sus notas, escritos y artículos inéditos, son una fuente imprescindible para los estudiosos del Romancero. Se custodian en la Fundación Menéndez Pidal, en el Olivar de Chamartín, donde vivió y trabajó desde 1917 hasta su muerte, el 28 de noviembre de 1954. Su esposo, Ramón Menéndel Pidal, le sobrevivió hasta casi cumplir los 100 años.

    A pesar del silencio con el que la historia ha intentado rodearla sigue presente como la gran investigadora, profesora, filóloga, pedagoga y feminista que fue. Además de su hija Jimena, otra gran mujer de su familia destacaría años después, su sobrina María Teresa León Goyri, escritora, que en sus años jóvenes publica artículos en el "Diario de Burgos" bajo el seudónimo de la heroína de D'annunzio, Isabel Inghirami, y posteriormente con su propio nombre. Cuando se convirtió en la compañera de Rafael Alberti, ya destacaba por su defensa de la mujer y  la cultura.

(R.J.M./29.8.15)




domingo, 26 de julio de 2015

HEROÍNAS MADRILEÑAS


Manuela Malasaña Oñoro

Madrid 10 de marzo 1792- 2 de mayo 1808

   Carlos Cambronero y Martínez (1849-1913), biógrafo de Isabel II, desmintió la versión tradicional, defendida hasta entonces, basándose en el certificado de defunción de Manuela Malasaña, en el cual aparecía la consabida defunción de su padre.

Manuela Malasaña, soltera, de edad de quince años, hija legítima de Juan, difunto, y de María Oñoro, parroquiana de esta Iglesia, calle de San Andrés, num. 18, murió el dos de mayo de 1808, se enterró de misericordia. Concuerda con su original a que me remito. San Martín, de Madrid y mayo 12 de 1815. Fray Bernardo Seco”. La Iglesia de la Buena Dicha, dependiente del abad de la Parroquia de San Martín, situada entonces al lado del Monasterio de las Descalzas Reales.

   Era hija del panadero francés Jean Malesange, españolizado "Malasaña", y de su esposa Marcela Oñoro. De profesión costurera, vivía en el número 18 de la calle de San Andrés, del entonces conocido barrio de Maravillas. Su padre ya había fallecido cuando Manuela Malasaña contaba dieciseis años, al suceder la invasión napoleónica y el ataque al Parque de Artillería de Monteleón, cuya defensa lideraban los oficiales Luis Daoiz y Pedro Velarde. Ese día 2 de mayo de 1808, Manuela se encontraba trabajando en el taller, permaneciendo en él por orden de la patrona, hasta que cesaran los disparos. Pero al regresar a casa y cruzarse con una patrulla de soldados franceses, éstos intentaron abusar de ella mientras la registraban, y para defenderse, según una versión, habría usado las tijeras propias de su profesión que en ese momento portaba. Otros dicen que simplemente las tijeras fueron descubiertas en el registro, acusada de portar "armas" fue ejecutada inmediatamente. Manuela murió después de anochecido en el sitio de la actual Plaza Dos de Mayo.

   Su cuerpo fue registrado con el nº 74 en la relación de 409 víctimas de aquella jornada. Fue llevado al cercano Hospital de Nuestra Señora de la Concepción y Buena Dicha, fundado en 1564, en la calle Silva de la capital madrileña, acogía a gente pobre. La entrada principal del antiguo edificio daba a la calle Libreros y en la trasera se encontraba el pequeño cementerio de la Buena Dicha. En este lugar fueron atendidos muchos de los heridos en aquel 2 de mayo y enterrados bastantes de los muertos, figurando entre ellos no sólo Manuela Malasaña, también Clara del Rey, otra de los heroínas en aquella fatídica jornada.

   Madrid dedicó a su memoria una calle con su nombre, la que se cruza con la calle de San Andrés cerca de donde vivía. Su antiguo barrio de Maravillas, hoy es conocido popularmente como barrio de Malasaña.

     (M.R.J.M./26.7.15)





domingo, 22 de febrero de 2015

ENHEDUANNA, la más antigua escritora mundial.


Disco Calcita tallado en alabastro translucido.


Enheduanna 

   Es la autora conocida más antigua del mundo, es a la vez una figura mística y heroica, cuyas obras fueron escritas en cuneiforme hace aproximadamente 4300 años (ca. 2285-2250 a.d.C.) Su nombre se puede traducir como "suma sacerdotisa ornato del dios An". Fue una poetisa acadia nacida en la ciudad-estado sumeria de Ur, (ahora llamada Irak) Hija del rey Sargon de Acad y de la reina Tashlultum.

       Dos de sus obras más conocidas son himnos a la diosa Inanna, La Exaltación de Inanna y En-nin sa-gur-ra. Una tercera obra determinada: Himnos del templo va dirigida a los templos sagrados y sus ocupantes, la diosa o dios a quienes fue consagrada. En cada una de estas obras, se adelanta a hablar en primera persona que se mueve desde la tercera.

       Los poemas de Enheduanna son como género, el primer ejemplo de épica, por otra parte, son, ante todo, un poema religioso y espiritual. Su único objetivo es la celebración de la devoción espiritual y religiosa. El padre de Enheduanna, tal vez por su brillantez y genialidad creativa, la nombró la suma sacerdotisa en el templo del dios de la luna, Inanna, en la ciudad de Ur. Himnos del templo de Enheduanna, son himnos de alabanza a diferentes templos, como si cada templo fuera un ser vivo.

       La faceta más interesante de la poesía de Enheduanna es lo que nos revela acerca de la mujer y su lugar en la vida cultural de la antigua Mesopotamia. Los eruditos creen que Ninmesarra matiza algunos detalles autobiográficos. La vida no pública de Enheduanna es desconocida, no es así con su función pública de Alta Sacerdotisa mejor entendida por los historiadores.

       Algunos estudiosos han comparado las tribulaciones de Enheduanna - su exilio del templo durante los levantamientos del líder militar de Lugalanne en Ur y Uruk - a una especie de cuento moral presagiando el propio exilio del género femenino de la religión durante los 4.000 años que siguieron. 

       Su eventual restauración, Enheduanna lo atribuye a la Diosa Inanna y no a la "indiferencia masculina" del Dios Nanna. No se pueden comparar ambas épocas pero nuestra modernidad de lo femenino en la religión aún no se ha restaurado. Tal vez nuestra época haga una recapitulación de la propia historia de Enheduanna y el lugar de la feminidad en la espiritualidad sea reconocido y celebrado como igual a la del masculino. Edehuanna vivió en el reino donde se inventó la escritura.

    Poemas supervivientes de Enheduanna son los siguientes:
. 42 Himnos del templo aproximadamente la misma longitud que letras modernas.

. 3 Himnos más largos que describen la relación de Enheduanna y su exaltación.

. Inninsagurra (274 líneas) Un himno de alabanza a Inanna, la diosa sumeria del amor, la fertilidad y la guerra.

. Ninmesarra (154 líneas) Un himno que describe las tribulaciones y el exilio de Enheduanna, de la ciudad de Uruk

. Inninmehusa (184 líneas) Un himno narrando la destrucción del templo de Inanna.

(R.J.M/22.2.2015)

miércoles, 11 de febrero de 2015

Epístola a doña María Sarmiento

         
EPÍSTOLA A DOÑA MARÍA SARMIENTO

   Entrañable doña María:

   Supe su nombre al mismo tiempo que el de Blancanieves, pero nunca pensé que fuese real, sino producto de una leyenda para una niña inapetente que peinaba trenzas: "Come niña, o te sucederá lo que a María Sarmiento que fue a pasear y se la llevó el viento". No he podido averiguar de dónde viene esta proposición, tal vez sea tan etérea como su imagen.

   Me hubiese gustado haber conocido antes su figura y haberles hablado a ellos sobre usted en aquéllas noches de invierno, mientras se mezclaban en la alacena los olores del membrillo y el espliego, cuando se extendían las "firmas" sobre el brasero y los cuentos de "Maricastaña" quedaban suspendidos en el aire como las rúbricas de las pompas jabonosas, desvanecidas.

   Ahora no es posible, él se fue al otro lado del espejo hace mucho tiempo, cuando todavía no se había desprendido la acuarela infantil de los ojos. Ella partió con el cierzo, pero aún ronda el perfume de sus manos entre los rosales.
   Quisiera pedirle, María Sarmiento, que si usted los percibe por ahí, les entregue con cariño una rosa.

                                     ***************

Nota:
Doña María Sarmiento está considerada la primera poetisa mística, castellana. Apenas sabemos nada de su vida. Estuvo casada con Hernán Pérez de Ayala, hijo primogénito del famoso canciller Pero López de Ayala. El cargo que ostentó su esposo fue el de merino mayor de Guipúzcoa, embajador en el Concilio de Constanza y Consejero del rey Juan II. En 1428, ambos esposos fundaron el Hospital de Santiago, en Vitoria, considerado "el mejor del Reyno" (....)

Extracto del libro: "Mujeres en el umbral de la historia" Epístolas a mujeres españolas de los siglos X al XVI.

Autora: María Rosa Jaén