Estimada Fátima:
Me satisface comenzar
estas misivas situándonos en la villa que nos vio nacer e intento
imaginar, cómo era aquel Magerit del siglo X en el que tú
naciste, posiblemente una población recoleta en torno a la fortaleza
que acababais de construir sobre la colina y que descendía hasta el
Manzanares.
No sé si ya estaría
abierta la Puerta del Sol en la muralla, en cualquier caso, irías a
la Mezquita, en la confluencia de la Costanilla, descenderías por la
calle que hoy llamamos de Segovia y te acodarías en algún pretil
sobre la cuesta de la Vega, un excelente minarete éste de las
Vistillas para contemplar la situación de las estrellas en el oeste.
Próxima a la al-mudaina, justo al lado, la alcazaba propiamente
dicha y los jardines que nosotros llamamos Campo del Moro, porque en
1109 el Emir Alí bint-Yusuf estableció allí su campamento.
Fue
tu padre, el astrónomo Mostema bint-Ahmed al-Magerit, el maestro
que te enseñó a medir la altura de los astros sobre el horizonte.
De la importancia de tus obras: Tratado
del astrolabio,
da fe el hecho de que sea un instrumento de navegación que fue usado
hasta el siglo XVIII y en el que se basan numerosos trabajos
posteriores. Otra de tus obras realizada sobre las observaciones
astronómicas recibe el nombre de
Correcciones de Fátima,
ambas se conservan en la biblioteca del Monasterio de El Escorial.
(5)
Es muy posible que os
relacionarais con el también astrónomo Abd al-Rahman al-Sufí
(903-986), cuyo Libro de las estrellas fijas aún se utiliza
para establecer variaciones de la luminosidad y la posición de las
estrellas listadas.
Resulta asombroso
saber que los mapas celestes se grababan en la madera y la simbología
de las constelaciones se correspondían más o menos con los límites
de la figura que representabais.
Sesenta y cuatro
fueron las constelaciones que nos dejasteis nominadas y tan sólo
veinticuatro las que se han ido añadiendo en fechas posteriores. La
Tierra, entonces, permanecía inmóvil y tras el ábside celeste se
hallaban las esferas móviles que representaban a los planetas.
Las formas han
cambiado y muchas son las vueltas que han dado los satélites y la
ciudad de Madrid, desde la que te escribo. Allá por el año 1329 se
alzaría, sobre la lonja de trigo, el templo de la Virgen de la
Almudena al llegar los cristianos y comenzar a reunirse las Cortes.
También llegarían los judíos que se agruparon cerca de vosotros;
pero en 1493 desaparecerían tanto la Sinagoga como la Mezquita, al
ser expulsados unos y otros, sin embargo, persiste el barrio que os
recuerda, el de la Morería.
Tiempo enrarecido el
de hoy para percibir con tan sólo el ojo humano las radiaciones y el
espectro de las estrellas, las vistillas no alcanzan a contemplar el
panorama de las laderas en la vega hasta el aprendiz de río, ni los
pardos bosques están exentos de cúmulos de hormigón y cemento y
los estratos de la sociedad se tambalean con la nueva invasión de tu
raza.
Si aparecieras hoy te
asombraría lo mucho que han avanzado los artilugios para
trasladarnos al cosmos visitando la luna y otros planetas. Y lo poco
que hemos aprendido a mirarnos, hombres y mujeres, para reparar las
miserias y amar la naturaleza.
Opacidad de la memoria
en la que no se refleja tu espejo.
Recibe un manojo de magnolias
Significa: Pudor
Texto de "Mujeres en el umbral
de la historia"
Autora: Mª Rosa Jaén
(R.J.M./ISNI.1.1771.5860)
AE.AE., Madrid, 2005
Fotos, añadidas de Internet
(5)
SEGURA GRAIÑO, Cristina Mujeres
célebres Diccionario Espasa.
Editorial Espasa Calpe, Madrid, 1998
Qué hermoso María Rosa, me ha encantado conocer la historia, situarme en el siglo X con Fátima. Un placer leerte. Besos.
ResponderEliminarSi te has trasladado a esa época, es que he conseguido mi propósito. Gracias Julie. Un beso.
EliminarInteresante. Me gustó leerlo. Pero no me gustó reconocer que, efectivamente, el paso de los siglos no ha hecho mejores a los seres humanos; si acaso, más egoistas e indiferentes a lo que nos rodea, salvo el YO.
ResponderEliminarBesos
Estoy de acuerdo, Marly, el ego se amplía mientras, la especie humana cada vez es más inhumana.
EliminarUn abrazo.