viernes, 9 de agosto de 2013

APUNTES SOBRE ACADÉMICAS



Apuntes sobre Gertrudis Gómez de Avellaneda, Concepción Arenal, 
Emilia Pardo Bazán y María Isidra Guzmán y de la Cerda.

   En mayo de 2002 publiqué en la Revista Literaria "Autores-Lectores", unos Apuntes sobre Académicas, finalizaba diciendo: “¿Cuando será posible que la mujer sea admitida no por cuota si no por el reconocimiento de su esfuerzo personal y el requisito indispensable de la importancia de su trabajo?. La asignación por “ser mujer”, no siempre proporciona los mejores resultados en sus funciones”. En aquel momento, eran tres las Académicas, que figuraban en la Real Academia de la Lengua: Doña Ana María Matute, doña Carmen Iglesias y la recientemente admitida doña Margarita Salas.Tres mujeres, igual número a las que se propusieron en 1891 y que tan gran polvareda levantaron, aunque el reconocimiento de sus méritos se esfumó con el viento. Anteriormente, sólo había sido propuesta una mujer.



 Doña Gertrudis Gómez de Avellaneda 
(Camagüey, Cuba 1814- Sevilla 1873) 

  En 1853, a la muerte del académico don Nicasio Gallego, doña Gertrudis solicita ser admitida como miembro de número en la Academia con el aval de varios académicos y, sobre todo con una abundante y prestigiosa obra literaria que muy pocos escritores podían igualar. 

   Dominaba la poesía con pasión, escribía novela, teatro, pero su compleja vida personal no era la más adecuada para los prejuicios de la época. Lo que sucedió en realidad, fue que la mayor parte de los académicos, se sintieron aterrorizados por la habilidad que poseía la adorable Tula. Los sesudos varones votaron en contra, bajo el pretexto de la saya, aunque al comunicarle la decisión no escatimaron elogios para su buen hacer literario.

   Así dados los antecedentes, años después, en 1891, cuando algunos académicos propusieron a tres mujeres para sendos sillones académicos, tuvieron un buen pretexto para mostrar su disconformidad, alegando que ya se había cometido una injusticia con doña Gertrudis y lejos de enmendar su proceder, lo reiteraron.





  Doña Concepción Arenal 
                                          (Ferrol 1820- Vigo 1893) 


    Es propuesta para la Academia de Ciencias Morales y Políticas, sillón que le correspondía por haber ganado un concurso mediante oposición al grado de académico en el que superó con creces a don Pedro Armengol y don Francisco Lastres que ganaron los accesits, éstos se adhieren a la propuesta para que ocupe el cargo. 

   Concepción Arenal rompió moldes, siendo la primera mujer que asiste a la universidad con ropas masculinas. Logrando el premio convocado por la Academia, aunque traten de negarselo alegando que se ha presentado con el nombre de su hijo Fernando, que cuenta entonces, 10 años. "La Mujer del porvenir", visitadora de cárceles de mujeres ha sido la designada para representar a España en un Congreso penal realizado en Estocolmo. Es intelectualmente más brillante que sus coetáneos, aparte de sus numerosos ensayos, cultiva también la poesía, dramaturgia y zarzuela. La mezquindad masculina de la mayoría, niega lo que por derecho le correspondía.




   Doña Emilia Pardo Bazán 
(La Coruña 1851-Madrid 1921) 

   Fue tal vez, la mejor novelista española del siglo XIX y una de las escritoras más destacadas de nuestra historia literaria. Además de novelas y cuentos, escribió libros de viajes, obras dramáticas, composiciones poéticas y numerosas colaboraciones periodísticas, a través de las cuales su presencia fue constante en la España de su tiempo. Con su obra y su vida puso de manifiesto la capacidad de la mujer para ocupar en la sociedad los mismos puestos que el varón, sin renunciar a lo específicamente femenino.

   "Tengo por importante entre todos, el concepto de que la novela ha dejado ser obra de mero entretenimiento, modo de engañar gratamente unas cuantas horas, ascendiendo a estudio social, psicológico, histórico, pero al cabo estudio" (Del Prefacio a "Un viaje de novios")

   La Condesa de Pardo Bazán estaba en la cumbre de su obra literaria, novelista afamada, crítica erudita, cargada de honores, hizo llegar su instancia al director de la Academia, en la seguridad de sus méritos. Otra mujer había sido propuesta, la Duquesa de Alba, en este caso, para la Academia de Historia.

   La Cuestión académica femenina saltó a la calle y fueron muchas las opiniones expuestas por escritores, políticos y jurisconsultos en "El Heraldo de Madrid" (Junio de 1891) y en otros periódicos, entre ellos, Juan Pérez de Guzmán que dice: “Yo, desde hoy, me atrevo a pedir un sitial en la Real Academia de la Lengua Española para doña Emilia Pardo Bazán, que ha empuñado el cetro de nuestro mundo de las letras y conquistado las supremas jerarquías. Otro para doña Concepción Arenal en la de Ciencias Morales y Políticas, cuyos estudios sociológicos la colocan a la altura de los primeros escritores sociólogos de los dos Mundos. Y no hablo de la de la Historia por no ofender la modestia de la ilustre Duquesa de Alba”.

   Rafael Salillas en la misma fecha escribe: “En mi concepto, el sexo está en la obra misma. Hay, literariamente, obras masculinas y femeninas, sin que esto implique que hayan de ser necesariamente las unas obras de varón y las otras de hembra. Por el contrario, de igual manera que se dijo de una ilustre escritora “es mucho hombre esta mujer”, se puede decir de algún escritor “es mucha mujer este hombre”. El cerebro contradice en muchas ocasiones lo que el sexo indica. “El genio no tiene sexo”.

   Rafael María de Labra reconoce los méritos de, “las mujeres que, sin dejar de ser mujeres de su casa, madres cuidadosas y amantes de sus hijos piensan y escriben como hombres y son dignas de toda clase de honores y distinciones”.

   Juan Valera escribe un ensayo con fina ironía sobre la “
Cuestión Académica” y en él expresa la opinión de muchos, que, “le piden a Dios que se desista del empeño de elegir académicas de número, porque acaso, satisfaciendo su vanidad, provocarán desbarajustes, vejando con sus cursilerías y poniendo en solfa a las Academias”. “Nadie, a no ser por ignorancia o por envidia, niega que las damas aludidas valen tanto por su saber, su ingenio, su actividad literaria y su talento de escritoras como cualquiera de los más dignos inmortales”. Pero, en un salón de buena compañía, “tendríamos que ser académicos de pies a cabeza, en lugar de amigos discretos, donairosos y bien humorados, que sin pelos en la lengua departen sobre asuntos entretenidos y aguzan el ingenio. ¡Adiós a los chascarrillos!

   Muchos otros personajes se adhieren con sus manifestaciones a la inclusión de las tres mujeres para los sitiales académicos, como Francisco Lastres, Manuel Mesonero Romanos (“El Curioso Parlante”), Laureano Figuerola, expresidente del Senado, Campoamor, Narciso Campillo, Romero Girón, Eugenio Montero Ríos, Luis Vidart, entre otros.

   La “cuestión” fue, que los anhelos académicos de las tres mujeres se quedaron en el umbral de las Academias. Curiosamente y tal vez, de forma anecdótica, sí que hubo una mujer conocida como la Doctora de Alcalá que llegó a ostentar la dignidad de Académica de la Lengua, aunque sólo fuese por obra y gracia de la real majestad.



   Dª María Isidra Quintina de Guzmán y de la Cerda 
(Madrid 1768- Córdoba 1803) 


    Hija de dos Grandes de España y nieta de la Condesa de Paredes, que publicó varios volúmenes de tipo religioso. María Isidra, alcanzó una instrucción poco común y fue nombrada socia honoraria de la Academia Española, donde pronunció un discurso sobre la "Oración del género eucarístico", en diciembre de 1874. Contando 16 años y con autorización del rey Carlos III, recibió en la Universidad de Alcalá, el grado de Doctora y Maestra en la Facultad de Artes y Letras humanas, además de ser investida con los títulos de Catedrática de Filosofía y conciliadora Examinadora.

   Tiempo después contrajo matrimonio con el marqués de Guadalcazar. La Universidad Complutense hizo una medalla de plata en su honor Todo parece indicar, sin embargo, que, aunque inteligente, no ahondó mucho en sus estudios, que no pasaron de discretos. Es cierto que, a instancias de la Sociedad Económica Matritense y pese a la oposición machista,  logró entrar en ella después de realizar una versión del Agricultor latino Columela. Su salud era bastante endeble y falleció cuando apenas contaba treinta y cinco años.

   Tuvo que pasar un siglo hasta que otra mujer recibiera el Grado de Doctora en esta ocasión, en Medicina, Martina Castells Ballespi, fue en Madrid en 1882.

   Volviendo al tema inicial sobre "la cuestión académica femenina" y ante la petición reciente, de darle el título de Académica de la Real Academia de la Lengua Española a título póstumo a doña Gertrudis de Avellaneda.
   
   Mis preguntas son: ¿Qué satisfacción se da a quien no puede disfrutar del título? ¿No volvería a cometerse una injusticia al no dárselo también a doña Concepción Arenal y a doña Emilia Pardo Bazán? ¿No existen otras necesidades de justicia, más perentoria, con las que ahora son excelentes literatas y no acceden a un sillón en la R.A.E.? 

   Imaginad, por un momento, que el Premio Nobel se lo entregaran a un hombre o una mujer, a título póstumo. Los premios y reconocimientos, al igual que las flores, hay que entregarlos en vida, para el disfrute personal. No para secarse al sol, sobre una tumba. Es mi particular opinión.

Rosa Jaén Moreno.
(8.8.13/ISNI.001.1771.5860)




4 comentarios:

  1. Bravo, María Rosa. Conocía tus estudios sobre las mujeres del pasado, las grandes mujeres, que no fueron reconocidas, como dices, al menos no, como merecían. Pero creo que, lamentablemente, al paso de los años, todo sigue igual. Adelante con tu blog, al menos que se nos oiga.
    También ya de paso, me gustaría uno de tus artículos para insertarlo en el próximo número de Oriflama. No más de un o dos folios donde puede ir alguna foto como en la muestra pero más pequeña a poder ser.

    Gracias por tu información y que cunda el ejemplo. Besos. Isabel

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  2. Gracias Isabel. Lo que no se puede pretender es que al cabo de los siglos, enmienden los errores, sí el darle un sitial a aquellas que lo merezcan. Es mi opinión.
    Afortunadamente, la actitud machista va desapareciendo en algunos campos, como el literario. En otros ¡uff! queda mucha tarea por hacer. Deshacer prejuicios es difícil.

    Intentaré adaptar algún artículo a esos dos folios que me indicas.
    Un abrazo.

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  3. Me parece una idea excepcional. Me uno y seguiré tu blog con interés. Creo que hay mucho que decir sobre el tema y tú mejor que nadie puede hacerlo. Todavía existe mucho machismo en nuestro país y es necesario airear los valores de la mujer, sus obras literarias, que lamentablemente quedan en el olvido, su quehacer diario, su creatividad, su humanidad... Te felicito por la idea María Rosa, y te deseo continuidad y éxito, el que tú siempre mereces. Besos.

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  4. ¡Gracias,Julie! Eres una seguidora incondicional. Vuestro apoyo es indispensable, como bien sabes tengo material para más de un libro, pero no es mi intención publicar, mientras que de esta forma, me da la libertad de seguir como y cuando lo juzgue oportuno.
    Un abrazo.

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